UNA NOVELA DE CABALLERÍA QUE VIENE CON LA RECOMENDACIÓN DIRECTA DE CERVANTES. Miguel de Cervantes, el inmortal autor de El Quijote, describió en su novela uno de los horrendos autos fe que, iniciados en
En la narración de Cervantes, los amigos y parientes de Alonso Quijano, alarmados por la pérdida de razón de éste, deciden reducir mediante el fuego su amplia biblioteca de novelas de caballería: esos bucólicos relatos de aventuras con caballeros andantes, princesas encantadas, dragones y otros monstruos, brujas y fantasiosos enredos. Uno de los libros que salvan, el principal, lo es esta novela anónima, modelo del género: el Amadís de Gaula, muestra del aprecio que Cervantes tuvo por ella.
La humanidad ha seguido asistiendo, siglo tras siglo, a las quemas de libros y otros desmanes peores. En esos procesos de histeria y fanatismo, grandes obras, grandes conocimientos, grandes hombres y mujeres, se han perdido para siempre, privando a la sociedad de sus aportes.
Celebremos que ni en la ficción ni en la realidad, esta novela de aventuras se perdió. No la perdamos nosotros al desconocerla o no leerla:
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